Pablo Motos se suma a la dictadura del TikTok y Mario Casas se rebela, debe ser más del Reels de Instagram

Pablo Motos se suma a la dictadura del TikTok y Mario Casas se rebela, debe ser más del Reels de Instagram
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El comienzo de la 15ª temporada de 'El Hormiguero' está siendo más accidentado que unos coches de choque entre Farruquito y Ortega Cano. Acorde con el 2020, eso sí. El lunes fue a divertirse al programa Tamara Falcó, que espero que disfrutara ella porque a nosotros nos dio bastante cosa ver como intentaba hacerse la graciosa cuando no lo hubiese necesitado, ya es graciosa de por sí.

Ayer fue el turno de Mario Casas, que más que divertirse al 'Hormiguero' fue pasar la vergüenza de su vida, como cuando tu madre le enseña tus fotos de comunión y en pelotillas en la bañera a tu pareja. Acompáñame a leer esta terrible historia.

Los hechos transcurrieron a eso de las diez y pico de la noche (viva el rigor) cuando dos gemelas con la energía de un Marsupilami recién levantado irrumpieron en el plató para rellenar más minutos de televisión con los TikToks que tanto mal están haciendo a los niños encanijaos que se creen el martillo de Thor haciendo bailes sexys como si fueran la versión XS de 'Magic Mike XXL'.

@naimdarrechi

1 millón de likes y hago el WAP 😂❤️

♬ WAP y Bachata Miketoks - miketoks

Ellas son las Twin Melodys y acaban de entrar en mi lista negra de intrusos laborales encabezada por el entrevistador del año, Fran Rivera. Mario Casas demostró tener un mínimo de sentido del ridículo (que se agradece). Y eso que enseñó lo que viene siendo todo el cimbrel en una serie guarrilla de Movistar+ ('Instinto'), vaya, que tampoco estamos hablando de un negado integral a la generosidad por el espectáculo.

"¿Me vas a hacer hacer un TikTok de verdad, Pablo?" dijo Mario con cara de haber olido su pipí después de haber comido espárragos

Pablo Motos, un viejoven en el cuerpo del primo chico de Requena de 'Teo va al cole con mascarilla', insistió a Casas para que hiciera el TikTok. Mario, como buen invitado (al que invitarías a unas pastas y un café, estoy seguro) lo hizo, pero con el mismo entusiasmo con el que un padre saluda a su hijo en la decimonovena vuelta del tiovivo que da el niño subido en el unicornio que sube y baja. Es decir, ninguno. Si hubiera un traductor 'pensamiento de Mario'-castellano diría: me quiero ir a mi puñetera casa(s).

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