Monumental bronca en 'La Isla de las Tentaciones 3': Este es el motivo por el que Lola y Simone han pasado del toqueteo en la piscina a no dirigirse la palabra

Lola se ha derrumbado al ver al busto de su novio siendo 'art attack-ado' por los morros de otra chica en la última hoguera de 'La Isla de las Palpitaciones'. Por eso, la viceversa ha decidido cambiar el rumbo de su magreo en la villa con Simone. Ha pensado que, para babas, ya tiene las de su amado perro, por lo que ha decidido cortar por lo sano (insalatta) con el Ricky Martin de la góndola.

"Ya no le miro como le miraba, ya no le abrazo como le abrazaba. No entiendo cómo no se da cuenta de eso. No puedo seguir abrazándole, ni mirándole, ni sonriéndole, ni nada de nada. ¿Él no se da cuenta de que quiero distancia y viene todavía a absorberme? ¡Es que me agobia!", expresaba Lola mientras que tenía a Simone enganchado modo chaleco salvavidas.

Lola buscando el chorrito de la pared de la piscina para ver si así, con la presión, Simone se aleja un poco.

Lola ha llegado al colpaso con el italiano, el mismo con el que hace unos días se le hacía la boca agua (nunca mejor dicho, porque no salían del remojo de la pisci): "Estaba en la piscina con Simone y estaba agobiada porque no quería estar con él, miraba a Marina e Isaac y no estoy sintiendo lo mismo que ellos. No me he dado un beso con él porque no me sale, no me imagino otra boca que no sea la de Diego", admitía la novia del Daddy Yankee español, el fucking amo de los videoclips, James Lover.

¡Pues normal, hija! Con esos labios de haberse comido cuatro paquetes de pipas saladas que tiene Diego, como para poder ver otros morros que no sean los suyos de Bratz ácido-hialurónica. "Mi corazón me pide que luche y que intente solucionar lo que ha pasado aquí", decía la que hace siempre caso a su corazón aunque este sea más cambiante que las normas sanitarias por provincias en España.

Es definitivo. Lola pasa tres pimientos del zumo de Simone, prefiere el Bifrutas zero zero de Diego. "Creía que me estaba enamorando de Simone, pero quiero a Diego. Solo de pensar que ha dejado de quererme, me parte el corazón. Yo le quiero", continuaba componiendo unos versos para la nueva canción de C Tangana: 'No te he dejado de querer por un italiano mala baba', se podría llamar.

La que debería haber tenido como tentadores a Dani Rovira, el encantador de perros y a Pitbull, dado su amor por los animalillos, ha decidido dar el paso definitivo hablando con Simone:

"Me he dado cuenta de que quiero estar con mi novio, quiero intentar arreglar algo de mi relación y que él vea que pongo un poco de distancia", le ha comentado en el sofá (que debería tener una loseta conmemorativa por ser donde Tom y Sandra se liaron por primera vez después del mítico pollo que le montó Melyssa y, más tarde, todo TikTok).

El italiano se ha tomado esta ruptura de no-novios igual de mal que si esta le hubiera echado piña a la pizza: "No me lo esperaba. No puedes pretender que ahora sea como soy contigo. Ahora es normal que vaya a estar contigo un poco frío, si tú quieres distancia yo también quiero distancia de ti", decía con su acento híbrido entre de Antonia Dell'Atte y un unga-unga del Paleolítico romano.

"Cuando veo que una persona no es 'sinchera', no puede estar conmigo ni un segundo", decía tajante Don Simone. "Me ha gustado estar estos días contigo, pero he empezado a ver más defectos que me han molestado, me han agobiado y me han presionado, pero no sabía cómo decírtelo porque sabía que te ibas a poner así", ha contestado ella acusándolo de chupóptero en todo su Giepetto (jepeto en italiano) durante un picnic muy incómodo (y no por el suelo) en la playa.

La tensión máxima ha llegado en la cita que ya habían acordado tener antes de todo este drama de opereta de los suburbios de Sicilia. Y es que ahora Lola siente tal asco por el italiano robusto que ha decidido cogerse una canoa para ella sola en la actividad que ha propuesto el programa. Bueno, también lo habrá hecho por el riesgo que supone embarcarse con un tío de 400 kg de músculos, que eso es naufragio seguro.

Simone absorbiendo un limón para entender cómo se siente Lola.

El culmen del malrollismo ha llegado cuando se han dispuesto a tener una conversación. Suele ocurrir cuando estos guaperas telecinqueros abren la boca, que se masca la tragedia. Lola tenía pensado pedir perdón a su maromo importado desde Italia por haberle mareado el calamardo, sin embargo, la decepción ha llegado antes de que esto se hiciera efectivo por un comentario muy ácido de Simone:

"Yo no tenía ganas de hacer la cita contigo porque tú estás aquí y tienes un papel. Un día estás conmigo en la piscina y otro no me hablas", ha dicho el que se ha quedado solo en la piragua como el típico pobretico al que no invita el guay de la clase a su súper cumple de chiquibolas y mediasnoches con Nutella.

Marta de Lola ha calificado la conversación como una "charla de besugos" y ha alegado que todo el mundo podía ver como ella se sentía incómoda con él bajo el agua, porque él estaba modo caracol de Bob Esponja con ella.

Una discusión muy acalorada que, lejos de acallarse con un profundo beso, ha acabado con Lola dejando plantado a su tentador junto a la fauna de la playa al más puro estilo colaboradora de 'Sálvame' que rentabiliza su enfado para irse antes.

Lola dando un paseo antes de meterse en el agua para hacer la digestión de la torta que se acaba de comer.

Lola ha expresado que no va a dejar que un chico que no es su novio la vaya controlando, se dirija a ella como una persona falsa ni sea más pesado que las promos de 'Love is in the air' cuando ella solo piensa en Diego (y en su perro). Veinte minutos después, la veremos haciendo guarrerías bajo las sábanas con otro, no os preocupéis.

Vía | MitelePlus

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