Melani Olivares se convierte en la segunda expulsada de 'MasterChef Celebrity 5' más abrumada en las cocinas que Josie (y mira que se echa bruma)

Melani Olivares se convierte en la segunda expulsada de 'MasterChef Celebrity 5' más abrumada en las cocinas que Josie (y mira que se echa bruma)
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Melani Olivares, la novia del Luisma (que no es tonto) en 'Aída', ha seguido los pasos de David Fernández convirtiéndose en la segunda expulsada de esta edición celebrity por un pollo al curry que, según los jueces, podría estar patrocinado por Oral B. Y no porque le revelara que hay un hombre que le hace sonreír más que su marido (su dentista), sino porque estaba pastoso, pastoso, como el sobaco sudado de un oso.

La actriz se enfrentó en la prueba de expulsión contra otros 7 concursantes más, aunque la decisión final de pirarse estuvo reñida para los jueces entre los peores platos: el 'Ni-collage' de Nicolás Coronado, con un batiburrillo de elementos; y Gonzalo Miró con una costilla de cerdo a medio hacer como sus relaciones con las mujeres, que siempre se quedan crudas.

Finalmente, la actriz fue la elegida para colgar el delantal reconociendo que ellos dos habían hecho platos buenos en otras pruebas y ella no. "Es lo justo".

"He ido de mal en peor: de malo, a caca, a bodrio y a mojón", decía la actriz con estas palabras que podría subrayar y llevar a su experiencia cualquier estudiante de ingeniería en España.

En esta prueba final, que consistía en corregir una serie de platos con muchos defectos, salieron airosos Raquel Sánchez Silva, Raquel Meroño, Perico Delgado (que no se cree ni él que siga en la carrera), Josie reina del pitiminí y Ainhoa Arteta. Vaya, el equipo rojo con cutis perfecto pero los pezones de punta a puntito de la expulsión.

Por su parte, Juanjo Ballesta, al ser el mejor de la prueba anterior y capitán del equipo ganador, pudo donar 4.000 euros a la ONG de su barrio, pero a cambio tuvo un par de putaditas de las que les gustan a los de MasterChef: primero tuvo que repartir los platos que cada uno cocinó jugándose su reputación como cuñaos cocinillas y, más tarde, cuando ya estaban gestándose los atentados culinarios de alguno/a, le dieron la oportunidad de salvar a dos de sus compañeros.

Aunque estuvo dudando e hizo un amago de salvar a Raquel Meroño, Melani Olivares y Nicolás Coronado (finalmente se hubiera decantado por estos dos últimos) decidió que lo más justo, como chico de Parla que reparte justicia en las calles del barrio, era que se la jugaran todos a una, todos por igual (valiente) y no salvó a nadie.

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